El segmento corporativo está en alza. Los desarrolladores apuestan a edificios
corporativos con certificación LEED. De acuerdo al World Green Building Council, trabajar en este tipo de espacios mejora la productividad mejora entre un 8 y un 11%
Gracias a su reactivación desde principios de 2015, el segmento corporativo del real estate argentino volvió a estar en la mira de desarrolladores e inversores. Con valores de alquiler entre los 17 y los 25 U$D el m2, todo indica que dicha reactivación se profundizará en el próximo trimestre de 2016.
La causa está en el retraso del valor de m2 que tiene el segmento en comparación a mercados tales como México, Colombia, Chile y Sao Pablo, los cuales no solo son los más caros de la región, sino los que más crecen y mayor demandan experimentan.
En este contexto, las empresas se esfuerzan cada vez más en mejorar la calidad de los espacios de trabajo que ofrecen a sus empleados. Es que, como bien indicó el informe «Salud, bienestar y productividad en oficinas», publicado por el World Green Building Council (WGBC) (la máxima autoridad en certificar construcciones amigables para con el medio ambiente y con condiciones óptimas de eficiencia), la calidad del aire en los espacios de trabajo influye sensiblemente en la productividad de los empleados.
De este modo, cada vez más compañías en todo el mundo se inclinan a este tipo de edificios. La Argentina no es la excepción: en la actualidad, se están llevando a cabo dos proyectos bajo estas características. En primer lugar, Open Office MIL de Grupo Portland, ubicado en el partido de Vicente López. El otro caso es Vilanova Office, de la constructora COMASA, localizado en el kilómetro 16,5 del acceso Oeste en el partido de Morón. Ambos proyectos se suman a Belgrano Office, el edificio recientemente finalizado por RAGHSA en el centro porteño.
Respecto al fenómeno, explicó WGBC: «El análisis de la incidencia del ambiente en la salud y la productividad debe llevarse a cabo sobre un conjunto global de factores de una oficina L.E.E.D. Los análisis macro demuestran que en América Latina los cambios modestos de control sobre el confort térmico de los espacios pueden representar mejoras de un dígito en la productividad. La importancia del control del confort térmico aplica también a otros factores, incluyendo la iluminación, el ruido y la calidad del aire».
Por su parte, detalló Marcelo Buyo de Grupo Portland: «El cuidado del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales son temas centrales de la economía que se viene. Las principales ciudades del mundo han adoptado los proyectos LEED y poco a poco esta tendencia comienza a tomar fuerza en la Argentina. Hoy en día, las empresas buscan espacios sustentables para llevar adelante sus actividades y productos como MIL vienen a responder a esta necesidad».
Desde el punto de vista de las compañías, Marcos Mazzocco, director de Tandem y especialista en comportamiento organizacional, destacó: «El principal desafío que están teniendo las empresas en estos tiempos está en generar la mejor relación entre la oficina, las personas y el desempeño organizacional, es por ello que una mejor comprensión del impacto de los edificios sobre la gente debería impulsar mejoras en el espacio de trabajo».
Las ventajas de estos proyectos sustentables radican, fundamentalmente, en el ahorro de recursos escasos como el agua y la energía. Evitan la polución y mejoran el medio ambiente con el reciclado de los residuos y ayudan a la absorción del anhídrido carbónico, además de mejorar el aire interior del edificio.
En este escenario, Bruno Martino, director de COMASA, explicó que existe la demanda a mediano plazo, tanto de compañías multinacionales como locales, de trabajar desde edificios sustentables para estar alineados con sus planes de responsabilidad social y sustentabilidad corporativa.